UNA FE QUE CRECE
“Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.” (Hebreos 11:11)
Por mucho tiempo hemos escuchado sobre la historia del nacimiento de Isaac, la fe de Abraham y la risa de Sara; pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en el tamaño de fe que esta pareja tuvo que tener para ver su promesa cumplida?
Es evidente que hoy en día estamos pasando por un momento crítico en muchas áreas de la vida. La salud está en juego y, por lo tanto, la economía se ha visto pausada por cuidar de la salud. Pero más que esto, la fe ha sido una de las áreas de la vida que podríamos decir, ha mengüado más en algunas personas, es triste decirlo pero mucha gente ha perdido la fe.
Nuestra meta es alcanzar una fe que crece, que aumenta, que no mengua y no se pierde, por esto veremos cómo mantener nuestra fe activa:
- Confía, aunque todo parezca en contra:
Si algo podemos ver en Abraham es que él no vio con sus ojos físicos, él confió en la promesa y, aunque físicamente era imposible, él vio con los ojos de la fe y no permitió la incredulidad en su vida.
- Toma tus peticiones y confía: cierra tus ojos y pídele a Dios que abra tus ojos de la fe:
Felicidades, has decidido confiar y ver por la fe, tu fe crecerá más en la medida que confías cada día más en el Señor y sus promesas.
- Mira con fe, Dios obrará.
Confiar es el primer paso en el camino al crecimiento en la fe. Ahora, empieza a ver las cosas que no son como si fueran realidad (Hebreos 11:1). Abraham creyó que Dios le daría un hijo, y así fue, él visualizó sus brazos cargando al niño prometido, y así le aconteció. Entrega a Dios Tus peticiones, tu salud, tu economía, tu familia, etc. Y el obrará conforme a tu fe.
Conclusión:
Fe que crece, no que perece. Ya has confiado, ya has visto con fe, ahora, el último paso: REPITE y vuelvelo a hacer. Muchas veces nuestra fe crece por periodos. Unos días está muy alta, pero otra mengua y perece.
Nuestra meta como cristianos es mantener nuestra fe en crecimiento continuo, y para entender eso, debemos tener presente que la fe crece cuando es puesta a prueba. No temas cuando venga la dificultad, cree, confía, no desmayes, has crecer tu fe cada día para que nunca perezca.
La fe es un reflejo de la confianza que el cristiano tiene en Dios, la medida de tu fe será también la medida en la que verás la mano de Dios obrando obrando en tu vida y a tu alrededor.