En la Biblia encontramos la historia de un hombre llamado Gedeon, él salvó a Israel y los libro de los enemigos Madianitas, fue un juez (líder) en Israel durante 40 años y terminó su ciclo y su tiempo. Pero después de su muerte, su vida y lo que hizo quedo para la historia de una manera particular, pues no se menciona más a Gedeon en la Biblia, sino a su descendencia: sus 70 hijos, y uno de sus hijos fue ABIMELEC(cuyo nombre significa Mi padre es rey) Despúes de la muerte de Gedeón, Abimelec, se levantó contra sus hermanos y los mató a todos menos a uno: JOTAM. Cuando Gedeón vivía y liberó a Israel de sus enemigos, en Israel le ofrecieron el título de rey, pero él lo rechazó diciendo: “No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros” (Jueces 8:23). Abimelec, sin embargo, se proclamó rey sobre Siquem, mató a sus hermanos queriendo acabar con toda la generación de Gedeón.
De la misma manera el diablo quiere destruir nuestra generación, nuestras familias, nuestra descendencia, y borrar de ellos todo deseo que Dios gobierne en sus vidas.
Satanás no quiere que las familias permanezcan unidas y mucho menos en los caminos de Dios, él no quiere que le sirvamos juntos a Dios, quiere a toda costa y con todas sus fuerzas la destrucción de las familias, la desintegración de hogares. Por eso al igual que Abimelec, quiere que aborrezcamos nuestra familia, que haya muerte de relaciones, muerte espiritual en las familias, y quiere proclamar su reinado de muerte, caos, división, inmoralidad, tinieblas, etc…
El diablo no quiere que el Reino de Dios sea establecido en tu hogar, por que el reino de Dios es es luz, es paz, es amor, es perdón, es comunicación, es comunión, es devoción, es poder de Dios, esta regido por la Palabra de Dios, por eso aborrece que establezcamos el reino de Dios en tu casa.
Por eso tu debes:
- Ganar tu generación para Cristo
- Conectar tu generación con Dios
- Continuar tu generación
¿COMO ESTABLECER EL REINO DE DIOS EN LA FAMILIA?
El encargado de establecer el reino de Dios en su hogar es USTED, no puede esperar que otro lo haga por usted
1. DEBES CONVERTIRTE EN UN INTERCESOR, UNA PERSONA DE ORACIÓN
Ese es el punto de partida. El fundamento, el secreto para que el reino de Dios venga a tu familia, buscar el rostro de Dios profundamente, y es allí donde viene la compasión y es donde el Espíritu Santo te enseña a orar viendo con los ojos espirituales, te muestra por qué cosas interceder, te muestra lo que está afectando tu hogar, es en el lugar secreto donde Él me muestra cosas poderosas, es donde Dios nos muestra cómo resolver los conflictos, problemas y situaciones difíciles que se presenten en el hogar.
(Job 1:5) El ejemplo de Job es muy claro, un padre sacerdotal, un buen ejemplo de interceder por la familia, de proteger el hogar en oración, de mantener una cobertura espiritual sobre la familia. No espere que otro ore por su familia, que sea el pastor o el líder quien ore por su hogar, usted debe ser el líder espiritual de su casa.
2. INVOLUCRALOS EN EL SERVICIO A DIOS
Dentro de la visión que desarrollamos en nuestra iglesia hay muchas oportunidades para servir a Dios, debes proyectar a tu familia al servicio de Dios. Enseñarles que los cultos de la iglesia no son una segunda opción, sino una prioridad, recordemos que el reino de Dios no es religión, es relación, por eso debemos enseñarles a amar a Dios, pero también a servirle, involucrarlos en el servicio a Dios.
Es triste que hay padres cristianos que no les inculcan a sus hijos y a su familia a servir a Dios, pero es por que ellos mismo tampoco quieren hacer nada en el reino de Dios. No esperes que el reino de Dios venga a tu hogar, si tu no estás dispuesto a involucrarte en el servicio dentro del reino.
Si usted lee la Biblia detenidamente y con entendimiento, se dará cuenta que casi todas las personas a las que Dios llamó a servirle, involucró en ese llamado a la familia de esa persona, por que Dios siempre piensa en las familias, no solo en la unidad, comunión y restauración de los hogares, sino también en que las familias le sirvan. Enséñele a sus hijos a servir a Dios por medio de la Palabra, pero también por medio del ejemplo.
3. PERMITIRLE A DIOS QUE TRABAJE EN NUESTRO CARÁCTER
Debemos permitir a Dios que forme nuestro carácter, el de nuestra familia y nuestros discípulos para que después no se salgan del propósito de Dios. Hay padres que quieren corregir errores en sus hijos, o trabajar en su carácter, pero no dejan que Dios trabaje en el de ellos primero, no les gusta que les corrijan sus errores, se enojan cuando la esposa o el esposo les corrigen sobre algo, se incomodan, les choca, les pica que el cónyuge o los hijos les amoneste sobre una conducta o un habito incorrecto.
Por eso cuando corrigen a los hijos, ellos se levantan contra sus padres y no aceptan la corrección. Primero debemos permitir que Dios trabaje profundamente en nuestro carácter por medio de Su Espíritu y por medio de Su Palabra, para después poder trabajar con toda la autoridad en el carácter de la familia.
Recordemos que Dios corrige pero no maltrata, no es áspero, no es un dictador, no es intransigente cuando nos corrige, el lo hace con amor.
4. TENGA UN ALTAR DEVOCIONAL FAMILIAR (Deuteronomio 6:7-9)
Esto es sumamente importante, por varias razones:
- Se establece la presencia de Dios en el hogar
- Se fortalece la unidad de la familia
- Se enseña a los hijos a buscar a Dios y atener su propio devocional
- Se ora juntos por las necesidades y proyectos de la familia.
- Se cierran las puertas para que el enemigo no pueda venir a dañar.
Medita y aplica:
Este es el día para clamar por tu familia, para interceder por tu hogar, para sacar las tinieblas de tu casa, y permitir que el reino de Dios venga, hoy es el día para que venga el reino de Dios a tu familia.
Por eso hoy debes comprometerte a :
- Ser un intercesor por tu familia
- Involucrarte en el servicio a Dios, para poder involucrar a tu familia también
- Permitir que Dios trabaje en tu carácter, ser una persona enseñable, que reciben la corrección con amor y humildad
- Levantar ese altar devocional familiar diario.