
VENCIENDO LOS OBSTÁCULOS DE LA FE
Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo. (Josué 5:13-15)
AUNQUE ESTÉS EN FRENTE DE JERICÓ, ADORA A JESÚS:
Josué estaba viviendo un momento crucial en su liderazgo y en medio de esta situación, se le presenta el mismo Jesús para recordarle que Él estaba al control de todo, por eso la actitud de Josué fue “postrarse delante de Él para adorarlo” y es en este momento donde la FE de Josué comienza a crecer y fortalecerse. Debes recordar que tu fe siempre crece cuando adoramos al Señor.
Debemos estar conscientes de la grandeza de Dios y no de la pequeñez de los problemas; en ocasiones, ponemos circunstancias por encima y las vemos altas como los muros de Jericó y no ponemos nuestra mirada en el Dios que está dispuesto a derribar los muros de las situaciones difíciles y adversas, por eso el camino de la FE consiste en poner nuestros ojos en Jesús, en Su poder, en Sus promesas.
Debes poner tus ojos en Jesús, no en Jerico, no en tus problemas, desafíos o situación difíciles.
LA FE NUNCA CRECE EN UN CORAZÓN REBELDE
Así como la fe y la duda son contrarias, de la misma manera la fe y la rebelión nunca pueden habitar en un mismo corazón; nunca podrás tener y alcanzar la fe deseada hasta que no te rindas por completo a los pies del Señor.
A la pregunta de Josué en el verso 14 ¿qué dice mi Señor a su siervo? Vemos un corazón sencillo y humilde que está dispuesto a ser guiado en su fe y que nunca sobrepondrá sus deseos por encima de los de Dios. La clave para alcanzar el favor de Dios y poder ser un hombre lleno de fe; es decir siempre ¿y qué dice mi Señor?
El Señor Jesús debe tener el control total de nuestras vidas y nosotros debemos humillarnos ante Su voluntad y no imponer la nuestra, porque, debemos reconocer que lo que somos y tenemos todo se lo debemos al Señor.
DEPENDENDIENDO DEL PLAN DE DIOS: (Josué 6:1-5)
Josué era un general y un estratega militar y podía haber pensado o haberse preguntado: ¿qué plan estaba diseñando Dios para destruir los muros de Jericó?
En ocasiones anteriores Josué había estado en otras batallas, guerras y conquistas, donde quizá había desarrollado algunas estrategias militares para vencer, pero ante Jericó, Dios le dijo que solo tenía que caminar y rodearla durante 7 días para luego obtener la victoria. Quizás en la planificación de Josué era el plan más “descabellado” pero Dios estaba poniendo a prueba su obediencia y dependencia.
Quizás las voces de los que rodeaban a Josué o el resto del pueblo le preguntaban o aconsejaban hacer algo más práctico o con mayor táctica militar, pero no entendían que realmente Josué estaba obedeciendo la voz de Dios.
Jamás permitamos que otras voces nos alejen de la FE en Jesús, la gente de este mundo se burlará de nosotros o nos tratará de desanimar o desviar del propósito de Dios, pero nosotros debemos estar enfocados en las promesas del Señor.
ESPERAR EN FE: (Josué 6:14-15)
Mientras el pueblo caminaba en obediencia hacia el mandato que Dios les había dado, Él quería enseñarles el fruto de la obediencia, pero también de la paciencia y de saber esperar. Algunos desisten en medio del camino por no tener paciencia y ese es un gran obstáculo para vencer en el camino de la FE.
Recordemos a Abraham, el llamado: “Padre de la fe”:
El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años , o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido» (Romanos 4:18-21)
CONCLUSION:
Cuando Dios es nuestra ROCA SÓLIDA y le depositamos toda nuestra FE, podemos esperar confiadamente. Algunos están a punto de desanimarse, por alguna situación difícil en su economía, en su salud, su familia, etc. Pero el llamado hoy es a no rendirte, no desmayar, dar la pelea, porque el Señor está contigo, y cuando pones tu mirada en Él, en Su Palabra y Sus promesas, los obstáculos caerán.