DISCÍPULOS DE JESÚS

1ª Pedro 2:21   “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;”

INTRODUCCIÓN
Comenzamos un nuevo mes con un nuevo tema en nuestro blog, aprenderemos sobre lo que significa ser verdaderos discípulos de Jesús. Aunque no lo parezca, Jesús no vino principalmente a hacer solo seguidores, sino discípulos y entre ambos hay una gran diferencia que vamos a considerar hoy. 

Un discípulo es aquella persona que no sólo recibe enseñanza, instrucción y orientación de un maestro, sino que las APLICA a su propia vida, las reproduce y también defiende las ideas, doctrinas y métodos de su maestro. Es algo como, estar en un mismo sentir o un mismo espíritu entre el maestro y el discípulo.

Preguntémonos por un momento ¿Cualquier persona podría ser discípulo? NO, Por lo que nombramos anteriormente solo sería discipulo aquella persona que está abiertamente a aprender todo el tiempo y no sólo lo que le conviene sino también lo que se le demanda.

Cuando un discípulo deja de aprender, deja de ser discípulo, porque dejó de alcanzar sus ideales de parecerse al maestro«

Jesús, el gran “hacedor de discípulos”, el Maestro por excelencia, nos dejó un modelo de lo que es un verdadero discípulo; éste implica un cambio, una determinación y una abnegación.

¿Qué implica ser discípulo de Jesús?

 

UNA INVITACION: (Lucas 5:27.) Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.

Este hombre llamado Leví, quien más tarde fue llamado Mateo, tuvo la oportunidad de recibir una propuesta de parte del Maestro y era seguirlo. Esto implica dejar la posición en la que estás para asumir una posición de aprendiz, estudiante y seguidor.  Este hombre comprendió no solamente quién le hablaba, sino qué tan miserable podía ser si rechazaba tan gloriosa invitación.

Leví, aunque tenía una posición por parte del gobierno; pues era recaudador de impuestos, comprendió que una posición en esta tierra le podía dar reconocimiento, riquezas y poder. Pero también comprendió, que esto se le podría añadir siguiendo al señor Jesús ¿Cómo es esto?  Este hombre ocupo una posición entre los 12 apóstoles, encontró la riqueza de la salvación y recibió poder cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos en Pentecostés.

Al igual que Leví, estábamos llenándonos y conformándonos con las cosas pasajeras que el mundo nos ofrece, pero también nos llegó la sublime invitación de seguir las pisadas del Maestro, participar en extender el reino de los cielos en la tierra y someternos a su preciosa voluntad.

 

LA DETERMINACION NO ME HACE RETROCEDER: (Lucas 5:28) “Y dejándolo todo, se levantó y le siguió”.

Un discípulo de Jesús se caracteriza por darle la espalda al pecado y seguir al Maestro. Leví no pensó en algún momento en tomar una cifra del dinero que podía tener sobre la mesa el cual estaba a su cargo, por que esa cifra o ese apego lo podía descalificar del llamado. No pensó en su corazón en seguir a Jesús mañana o después. Comprendió que si debía servirle al Maestro era desde ese preciso momento, su decisión lo llevó a la acción y respondió al llamado con hechos.

¿Qué te falta por abandonar para ser un verdadero discipulo de Jesús?, ¿Cuánto tiempo llevas postergando o aplazando esta invitación de seguir al Maestro?

Quizás en algún momento recibiste esta invitación, pero no la aceptaste y la has estado aplazando, dejándola para después, o te aferraste más a las cosas pasajeras del mundo, o quizá has preferido más las riquezas del mundo, que las riquezas eternas del Reino de Dios. Hoy es el momento para que respondas al glorioso llamado que Jesús te hace de convertirte en Su discípulo, no sólo en un simple oidor o simpatizante.

 

CONCLUSION
Cristo padeció por nosotros, ¿porqué no responder a sublime acto de amor siendo instrumentos con los que el maestro pueda seguir llevando a cabo la Gran Comisión de ir y hacer discípulos por todas las naciones?

El Señor hoy te invita a seguirlo, a aplicar sus enseñanzas a tu vida y a imitar su vida:

“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”
1 Juan 2:6