CARACTERISTICAS DE UN DISCÍPULO DE CRISTO

(Juan 15:1-5) Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador, Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.

Antes de hablar de algunas características de los “discípulos” de Jesús, debemos saber qué significa la palabra “Discípulo”. 

Discípulo: Persona que sigue y defiende las ideas, doctrinas y métodos de un maestro.

Cuando hablamos acerca de un discípulo de Cristo, es difícil no pensar en los primeros que la palabra de Dios nos narra en los cuatro Evangelios; donde nos dice cómo eran; hombres del común, no gozaban de un reconocimiento en la comunidad Judía.  Los doce discípulos fueron hombres ordinarios, a quienes Dios utilizó de una manera extraordinaria. Entre los 12 había pescadores, un cobrador de impuestos y un revolucionario; eran hombres de los cuales la sociedad no esperaba un logro significativo o que cambiara el rumbo histórico, político y económico de Israel.

Los Evangelios registran las constantes caídas, luchas y dudas de estos doce hombres que siguieron a Jesucristo. Pero que cuando fueron llamados por Jesús, asumieron su responsabilidad y fueron con Jesús a cumplir la misión de dar las “Buenas Nuevas” al mundo.

Según el pasaje de Juan vemos algunas características que necesita un discípulo de Jesús:

Pero primero entendamos lo siguiente:

  • Labrador = Dios
  • Vid = Jesús
  • Pámpanos = discípulos

Entonces, los discípulos que son los pámpanos deben:

LLEVAR FRUTO:Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará”

El Señor se refirió más bien, al fruto del Espíritu. El apóstol Pablo, hablando en cuanto a esto dijo en su carta a los Gálatas 5:22-23: «Mas el fruto del Espíritu, es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza». Éste es el fruto en la vida del discípulo.  Además, una oración eficaz, es también un fruto perpetuo y de alegría celestial. Ahora, si un discípulo tiene tal fruto en su vida, estará llevando a muchos hombres a la presencia de Dios, mediante el testimonio elocuente de su misma vida. Eso, por supuesto, hace que el ganar almas, sea una consecuencia del fruto.

PERMANECER: Permaneced en mí, y yo en vosotros”

Permanecer en Cristo significa mantener comunión y compañerismo constante con Él, es decir, todo el tiempo.  Hay una anécdota del famoso predicador Charles Spurgeon, según la cual, él se detuvo un día en medio de la calle, se quitó el sombrero y se puso a orar. Uno de sus colaboradores en la iglesia vio esto y le preguntó que si en verdad estaba orando allí, en medio del tráfico y la gente. El Sr. Spurgeon dijo que sí, que había orado. Dijo que una nube se había interpuesto entre él y su Señor, y que había querido quitarla en aquel mismo momento, y que por tanto se detuvo para confesar a Dios su mal pensamiento. Debiéramos tener esta sensibilidad porque necesitamos estar limpios para poder permanecer. Necesitamos confesar nuestros pecados al Señor para poder permanecer en comunión permanente con Él. Y luego, para permanecer en ese compañerismo, debemos guardar Sus mandamientos. Esto hace un discípulo de Cristo.

NO SEPARARME DE JESÚS porque separados de mí nada podéis hacer”

Tenemos libre albedrío y podemos romper la comunión y el compañerismo con Dios, al permitir que el pecado entre y se quede en nuestra vida; eso nos separa y al hacerlo, también nos aparta de la voluntad de Dios, al escoger dejarnos influenciar por la ideología mundana que se opone a Dios. Pero, Él quiere que permanezcamos en Él para que llevemos mucho fruto y seamos así sus discípulos.

CONCLUSIÓN

Jesús llamó a sus discípulos para hacer con ellos la obra encomendada por el Padre; tú y yo hemos sido llamados a serlo y a hacerlo.  La pregunta en este día es… ¿si asumes tu llamado como Jesús nos dice?  Se trata de llevar fruto. Y Dios recibe la gloria cuando producimos ese fruto en nuestra vida, en nuestro carácter, ese fruto agradable para Dios y las personas que nos rodean.

El buen discípulo de Jesús permanece en Él, en su palabra, medita en ella de día y de noche, la vive, la modela, con sus acciones muestra que la palabra lo ha limpiado, es un discípulo lleno de compasión, misericordia y amor por el prójimo; permanece  en su presencia, esto quiere decir que anhela su presencia, es un discípulo de oración, sabiendo que en ella recibe respuesta al como conducir su vida ante los acontecimientos que se presentan a diario.